Los mareos son algo que ha acompañado a la movilidad desde tiempos inmemoriales. Bien sea por carretera, por aire o por mar; hay personas que tienen menor tolerancia al movimiento y que sienten malestar durante los viajes. Se da sobre todo cuando la persona no está conduciendo y el desplazamiento es «involuntario». Hemos hablado de algunos trucos para evitarlo, incluyendo inventos llamativos o la mítica biodramina. Ahora un estudio habla de que si te mareas más en un coche eléctrico puede tener cierta lógica e incluso evidencia científica.
Lo cierto es que la presencia de vehículos eléctricos está creciendo. Las normativas de emisiones los respaldan y eso hace que de cara a futuro vayamos a ver cada vez menos combustión y más electrificación. Y muchos usuarios han manifestado un mayor malestar en coches con esta tecnología que en los tradicionales. Tanto es así, que el fenómeno ha sido estudiado y se han mostrado razonamientos bastante lógicos. El primero es la falta de experiencia. Con los de combustión, las personas se han ido adaptando con el tiempo y el cerebro tienen normalizados algunos comportamientos.Hablamos de ejemplos tan claros como que la persona pueda anticipar una aceleración cuando nota el aumento de revoluciones a través del ruido del motor. En un eléctrico no hay ruidos y se pierden las referencias. Por no hablar, de que las reacciones suelen ser más inmediatas. La aceleración es más marcada y la frenada regenerativa es superior a la que tenía lugar con el freno motor. Este tipo de frenada gradual y constante también puede causar mayores niveles de mareo en usuarios que viajan en un coche eléctrico. Se habla de que sucede una discordancia entre señales sensoriales que recibe el cerebro, algo que tiene origen en el oído interno y su control del equilibrio.
Tiene lógica que el conductor no experimente mareos, ya que es el único con el control y es capaz de anticipar las fuerzas. En el caso de los acompañantes, pueden estar anticipando de forma automática lo que pasaría en un coche de combustión (que es a lo que están acostumbrados) y cuando no sucede exactamente lo mismo llega el mareo. Este «conflicto» o desajuste neuronal requiere de un periodo de adaptación para llegar a la normalización.
Es de esperar que con el aumento de ventas de eléctricos, los usuarios se puedan acostumbrar a su funcionamiento y no se den tantos casos. Mientras tanto, ya se están buscando soluciones a través de la tecnología. Quién sabe si los autónomos eléctricos del futuro no tendrán pantallas con un patrón específico o iluminación ambiental que reduzcan los mareos.
Fuente: The Guardian