Uno de los lanzamientos más polémicos de los últimos tiempos fue el del Mercedes Clase G eléctrico. Bautizado como G 580 EQ, se trata de una variante del todoterreno en clave eléctrica, con capacidades que sorprendían desde el principio. ¿Quién no lo ha visto hacer giros de 360º sobre su propio eje gracias al G-Turn? La marca de la estrella consideraba que era el momento idóneo para sumar una nueva tecnología al que probablemente sea su modelo más icónico, que lleva en el mercado desde 1979. Sin embargo, con el paso del tiempo se está viendo que podría ser un fracaso teniendo en cuenta sus números.
Casi un año después de su lanzamiento en el mercado europeo se han vendido alrededor de 1.450 unidades del Clase G eléctrico. Vale que sea un modelo de nicho, pero este dato es demoledor si lo comparamos con el resto de variantes de combustión, que acumulan 9.700 unidades. Eso quiere decir que el de etiqueta CERO se vende siete veces menos y que no está alcanzando las expectativas iniciales. En otros mercados las cifras son incluso peores, ya que en China apenas vendieron 58 unidades y en Corea del Sur 61 ejemplares. En Estados Unidos se habla de que no han vendido ninguno…El problema de este modelo es que ya presentaba algunas incoherencias desde su concepción. Los eléctricos suelen presumir de ventajas como el espacio adicional en su habitáculo debido a su configuración, pero el Clase G con el chasis de escalera no lo consigue. Además, el peso es exagerado y llega hasta las 3,1 toneladas. Eso también va a limitar sus capacidades, pues ofrece una carga útil de apenas 415 kg, no puede llevar remolques y su autonomía máxima es de 473 kilómetros con la batería de 116 kWh. Eso lo deja equiparado a las versiones de combustión y no le permite destacar especialmente en nada.
Por no hablar de otra cuestión y es que al ser un coche de alta gama que también busca un cierto estatus, el público prefiere la autenticidad de la combustión. En los todoterrenos la demanda de gasolina y, sobre todo de diésel, sigue estando presente y la versión eléctrica tiene carencias irremplazables. Las ventas de vehículos eléctricos parecen haberse estancado y Mercedes también se ha dado cuenta. Por eso están cambiando de estrategia y manteniendo las versiones de combustión que prometieron ir eliminando.
Eso también plantea algunas dudas de cara a futuro. Se habla de la llegada de un hermano pequeño para el Clase G a medio plazo y no quieren cometer errores. Lo más probable es que ese modelo no sea exclusivamente eléctrico para que no se condicionen sus ventas. Tendría lógica que se asentara sobre la plataforma MMA, que es compatible con versiones de combustión y también eléctricas, de forma que se mantenga la posibilidad de elegir. En todo caso, veremos cómo evoluciona la gama de la marca de la estrella en los próximos años.
Fuente: Handelsblatt