La evolución es algo que está presente en cualquier producto que se tercie. En el caso de los coches, poco tienen que ver aquellos primeros que empezaban a desarrollarse a finales del siglo XIX con los que tenemos en la actualidad. La mejora en todos los ámbitos es evidente, con el foco siempre puesto en aspectos como la eficiencia o la seguridad. La utopía en el mundo del motor sería reducir a cero las muertes en carretera y los fabricantes tratan de llegar a ello reforzando sus modelos en cada generación. Ahora vemos un ejemplo claro de la mejora en la seguridad de los coches a través de uno de los ejemplares más representativos.

El Volkswagen Golf tiene una historia muy dilatada, pues lleva a la venta desde 1974 y cuenta con ocho generaciones a sus espaldas. Ha vendido más de 37 millones de unidades, siendo de los más populares de los últimos tiempos. Y desde el primero hasta los actuales han cambiado muchas cosas, con un marcado avance en seguridad. Así lo ha querido probar Dekra, que ha realizado pruebas de choque a un Golf II (fabricado entre 1983 y 1992) para compararlo con el VIII que se fabrica desde 2019. Se ha realizado el test de choque frontal desplazado, el que había sido utilizado por Euro NCAP hasta 2020 y que serviría para mostrar las diferencias.

El ya clásico colisionó contra una barrera a una velocidad de 64 km/h con un solapamiento del 40 % para simular la absorción de energía del vehículo contrario. En la práctica podría corresponder a un choque frontal de dos coches a 50-55 km/h. La primera observación es que los ocupantes del Volkswagen Golf II habrían tenido pocas posibilidades de sobrevivir debido a cómo se deforma el habitáculo y algunos componentes llegan a golpeas a los «dummies». Si se compara con la prueba de Euro NCAP del Golf VIII, lo cierto es que sorprende porque todo el interior permanece intacto y los ocupantes quedarían protegidos por los airbags. No habría daños.

Más allá del choque en el laboratorio, Dekra también quiso realizar pruebas en carretera abierta. Vieron que el Golf II de 1989 tenía una distancia de frenado un 30 % superior respecto al Golf VIII de 2024, con lo que eso conlleva. Por otro lado, las maniobras esquivas también pueden realizarse a una velocidad superior en el moderno. Se observaron diferencias de hasta 10 km/h y sensaciones más seguras en el modelo actual, fruto de la combinación de neumáticos, ESP y sistemas de seguridad modernos. Queda claro que el comportamiento también ha cambiado.

Por no hablar de otras tecnologías que en los 80 todavía ni existían. La iluminación ha evolucionado mucho y se nota la capacidad de los faros LED respecto a los halógenos de antaño. Los vehículos actuales ven mejor por la noche y también son más fáciles de ver debido a unos pilotos traseros más grandes y llamativos, con una tercera luz de freno obligatoria que antes no lo era. La seguridad ha mejorado mucho en 35 años y es algo positivo que se ha conseguido gracias al trabajo de los fabricantes y al endurecimiento de las normativas.

Fuente: Dekra

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