Luca de Meo, uno de los ejecutivos más influyentes de la industria automotriz en las últimas décadas, ha anunciado su salida del Grupo Renault tras cinco años al frente de la compañía. El italiano, que asumirá nuevos retos fuera del sector del automóvil, pondrá fin a su mandato el próximo 15 de julio de 2025. Su partida deja un legado de transformación profunda y una compañía que ha recuperado solidez económica y relevancia industrial.
Antes de llegar a Renault, Luca de Meo ya contaba con un currículum impresionante. Nacido en Milán en 1967, trabajó en empresas como Renault, Toyota y Fiat, pero fue en el Grupo Volkswagen donde destacó especialmente, sobre todo por su labor al frente de SEAT. Bajo su dirección, la firma española vivió una etapa de crecimiento, diversificación y rejuvenecimiento, consolidando Cupra como una submarca deportiva de éxito.Su llegada a Renault en 2020 supuso un punto de inflexión. En medio de una situación delicada para la firma francesa, agravada por la pandemia y la salida abrupta de Carlos Ghosn, De Meo tomó las riendas con una visión clara: transformar una empresa histórica, reestructurarla y devolverle competitividad en un mercado global en plena transición hacia la electrificación.
El plan estratégico que impulsó se bautizó como «Renaulution» y no era para menos. Supuso una reorganización profunda del grupo, apostando por la rentabilidad en lugar del volumen, redefiniendo marcas como Dacia o Alpine, y consolidando la división de vehículos eléctricos con Ampere. Además, de Meo priorizó el desarrollo de productos con valor añadido, diseños más emocionales y tecnología conectada, situando a Renault en la vanguardia de la nueva movilidad europea.
Durante su gestión, la gama de productos se renovó con éxito: llegaron el Mégane E-Tech, el nuevo Austral, y modelos icónicos reinterpretados como el R5 eléctrico. La firma mejoró sus cifras económicas, dejó atrás las pérdidas y logró acuerdos clave con socios como Geely o Qualcomm.
La salida de Luca de Meo deja a Renault en una posición más sólida que en 2020, pero también frente a nuevos desafíos. La competencia en el mercado eléctrico, la presión regulatoria en Europa y la necesidad de mantener la rentabilidad marcarán la próxima etapa. El Consejo de Administración ha activado el plan de sucesión y, según ha declarado, confía en la experiencia del equipo directivo para continuar con el impulso transformador.
E propio Luca ha resumido su decisión con claridad: «Llega un momento en el que sabes que el trabajo está hecho. Me voy dejando una empresa transformada y preparada para el futuro». Su próximo destino profesional no ha sido revelado, pero todo apunta a que seguirá siendo un nombre clave en el panorama industrial europeo. Concretamente se habla de Kering, el grupo empresarial que tiene en su haber marcas como Gucci, Balenciaga o Yves Saint Laurent.
Luca de Meo ha sido más que un CEO: ha sido un líder con carisma, un gestor con visión estratégica y un defensor de una industria europea fuerte y sostenible. Su paso por Renault quedó marcado por la valentía de asumir riesgos, el compromiso con la innovación y la capacidad de unir tradición y futuro. Su legado será, sin duda, uno de los pilares del renacimiento moderno de la marca del rombo