Nacido en una era de transición para BMW y enmarcado por un inesperado debut cinematográfico, el BMW Z3 se convirtió en mucho más que un biplaza descapotable. Fue un símbolo de estilo, una declaración de intenciones y un revulsivo para la imagen de la marca alemana. Hoy, tres décadas después de su lanzamiento, su legado permanece vivo como un clásico moderno. También dejó su influencia en el Z4 que nos acompaña hasta nuestros días. Repasamos su historia con los hitos más importantes.

Los orígenes

El BMW Z3 nació en un contexto muy particular. A principios de los años 90, BMW buscaba expandir su presencia en el mercado norteamericano y, al mismo tiempo, diversificar su catálogo con un vehículo que apelara a las emociones más que a la practicidad. Así nació la idea de un roadster compacto y asequible, inspirado por el éxito de modelos como el Mazda MX-5, pero con el toque premium y deportivo característico de la firma bávara.

En 1995, BMW presentó oficialmente el Z3 (E36/7), con el éxito del Z1 aún fresco en la memoria. Esta vez era un ejemplar de producción más extendida, de hecho, fue primer modelo de la marca ensamblado fuera de Alemania. Su producción se realizó en Spartanburg, Carolina del Sur, como parte de una estrategia para afianzar la marca en Estados Unidos. Su plataforma derivaba del Serie 3 (E36), lo que garantizaba una base sólida, aunque recibió ajustes específicos para el carácter deportivo del modelo.

Debut de cine

La mejor campaña de marketing posible llegó antes de su comercialización: el Z3 apareció en la película GoldenEye (1995), pilotado por el mismísimo James Bond, interpretado en esos tiempos por el mítico Pierce Brosnan. Aunque en el film apenas se lucía en acción, la aparición del BMW descapotable fue suficiente para disparar la demanda antes de que llegara a los concesionarios.

En cuanto a su diseño, la carrocería del BMW Z3 fue diseñada por Joji Nagashima, que también creó las líneas del Serie 5 (E39) y del Serie 3 (E90). El Z3 continuaba la característica fórmula de los roadster clásicos de la casa, siendo un digno sucesor, en tamaño compacto, del mítico 507 de los años 50. La imagen de este biplaza bávaro supo combinar a la perfección formas modernas y atrevidas con detalles clásicos como las branquias laterales. Hoy en día, las formas del Z3 son consideradas como una estética clásica atemporal..

Primera generación (1995–2002)

El primer Z3 llegó al mercado con un diseño claramente influenciado por los roadsters clásicos de los años 60, con un capó largo, habitáculo retrasado y trasera corta. Inicialmente, montaba motores de cuatro cilindros, pero pronto se ampliaron las opciones mecánicas:

  • Z3 1.8 / 1.9: Motores de 115–140 CV, pensados para ofrecer una conducción placentera más que explosiva.
  • Z3 2.0 / 2.2 / 2.8 / 3.0: Se incorporaron los motores de seis cilindros en línea, firma de la casa, con potencias de hasta 231 CV, transformando al Z3 en un auténtico deportivo.
  • Z3 M Roadster (1997–2002): La versión más radical, con motor S50 y luego S54 (el mismo de los M3 E36 y E46), alcanzando los 321 CV. Es ya un icono entre los coleccionistas.

En 1998 llegó también el Z3 Coupé, con su inconfundible silueta tipo shooting brake. Aunque divisivo en lo estético y fue llamado «zapato de payaso», es hoy uno de los modelos más apreciados por los entusiastas. Los Coupé se comercializaron solo con mecánicas de seis cilindros: el 2.8i de 193 CV, el 3.0i de 231 CV y las versiones M con 321 (1997-2001) y 325 CV (2001-2002).

Como curiosidad, el Z3 M Coupé fue el coche de seguridad que se utilizó en MotoGP durante la temporada del año 2000, y en la carrocería roadster, hay un modelo único muy especial: el Z3 V12 Prototype. Esta unidad con motor V12 de 326 CV se hizo para comprobar la capacidad del vano motor y fue un completo desastre, pues el frontal era demasiado pesado. Durante su vida comercial, el Z3 vendió más de 297.000 unidades, consolidando el segmento de roadsters premium compactos en Europa y Estados Unidos.

Segunda generación o BMW Z4

Aunque el Z3 como tal no tuvo una «segunda generación» con ese nombre, su sucesor natural fue el BMW Z4 (E85), presentado en 2002. Más grande, más sofisticado y con un enfoque más moderno, el Z4 heredó el espíritu del Z3, pero lo llevó a una nueva etapa de madurez.

No obstante, dentro del legado BMW, el Z3 permanece como una pieza única: fue el primero de su tipo, el más puramente emocional, y el más compacto. Su producción finalizó en junio de 2002, dando paso a una nueva era de roadsters bávaros.

Actualmente, el BMW Z3 goza de una segunda juventud entre los coleccionistas y aficionados. Sus versiones con motor de seis cilindros, especialmente las variantes 2.8, 3.0 y los M Roadster y M Coupé, han incrementado su valor en el mercado de clásicos. La fiabilidad mecánica, la sencillez de su electrónica y su diseño atemporal lo convierten en una opción atractiva tanto para puristas como para quienes buscan un deportivo con alma y carácter.

El BMW Z3 supuso un punto de inflexión para la marca: rompió moldes, emocionó al gran público y demostró que la deportividad también podía ser divertida, accesible y evocadora. Hoy, sigue siendo uno de los modelos más queridos por los aficionados a la conducción pura y al diseño emocional. Un clásico moderno que envejece con elegancia y carácter.

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